jueves, 29 de enero de 2009

III Maratón del Meridiano.

Después de una semana de duro trabajo, para compensar las mi ni vacaciones del fin de semana, he tenido un ratito para meditar con tranquilidad de lo sucedido en la maratón del Meridiano, y la verdad y verdad de la buena es que lo de la carrera, los tiempos, los puestos y demás patrañas, se quedan insignificantes tras la experiencia de compartir esos momentos con personas increíbles y no por que corren mucho ni poco, por su calor humano, con sinceridad, como se derrocha energía positiva yo creo que tengo carga para rato gracias a todos por ese poquito de energía que me habéis trasmitido y espero seguir compartiendo ratitos como este.

El ambiente antes de la carrera es indescriptible yo creo que todos nos planteamos las mismas preguntas; ¿habré entrenado lo suficiente? ¿Tendré buen día? Uuf que tensión..

Pero al fin se sale se disfruta lo que se puede y después de cruzar la meta…
Se presume de lo hecho y se excusa de lo no conseguido…


Pero al final lo que queda es una experiencia única e irrepetible para cada uno de nosotros.

1 comentario:

Emilio dijo...

Agustín, a esta entrada sólo se puede decir: ¡¡AMENNNN!!